jueves, 8 de marzo de 2012

Relatos de un infante

Secuestro:

Secuestraron mi persona: 
     Estaba cagando tranquilamente dentro del ropero de mi cuarto a eso de las 2 de la tarde, cuando tres enanos de jardín robóticos con caretas de George Bush se precipitaron dentro de la habitación. Dos llevándome de los brazos y el otro mordiéndome los testículos me sacaron, silenciosamente y sin ser vistos, por mi vecindario hasta llegar a un Fitito; de colores bien llamativos con carácter payasesco, donde me introdujeron patas para arriba y comenzaron a tirarse pedos convulsivamente. No podía parar de reírme hasta que me dio sueño y caí inconsciente. Al despertarme estaba patas para abajo, parado en medio de un estudio de televisión con Julián Weich a mi lado. Sujetaba con entusiasmo dos pares de medias. Ni bien me percaté de eso preguntó - ¿Y?.¿Que te pareció?.¿Viste que quedaron bien blancas?- Yo le contesté que no. Instantáneamente un enano de jardín volador me pateó en un premolar lanzándome cuatro metros atrás, donde reboté contra un auto cero kilómetro rojo, que se disponían a regalar mas tarde en Sorpresa y media, antes de que lo destrozara por completo. El mismo enano de jardín se tiró un pedo en mi cara y volví a caer inconsciente. Vuelvo en razón, y ahora me encuentro nuevamente en el ropero de mi cuarto. -Finalmente todo esta en orden- pienso. Escupo un chorro de sangre seguido de un premolar.

Apariciones:

     - Una vez iba caminando por arriba del agua con Jebús y una vieja se me apareció como de repente y me dijo que si te metes el dedo en el culo e intentas mirarte la nariz al mismo tiempo, te daban ganas de dormir. Al intentarlo, solo me provocaron ganas de cagar. Pero luego me olí el dedo y por primera vez, yo, había conocido el significado de la vida. Maté a Jebús e invité a la vieja a caminar junto a mi, sin rumbo, si era necesario hasta el sol, donde nos quitaríamos la ropa, para luego regresar a la luna y hacer el amor hasta morir; como había planeado antes con Jebús, solo que ahora, yo ya sabía que lo único que dejábamos atrás, era una enorme flatulencia accidental de Dios, llamada universo.


Sinquerer Tepegué:

     Estoy muy mal. Me siento muy triste por cierta persona. No la conozco ni quiero hacerlo, porque debe ser muy infeliz. Ella se llama Sinquerer. Deduzco que es una mujer, no se porqué. Pero siempre que la gente se pega, vomita, escupe, caga, dispara, mata, atropella o simplemente pecha, dice "fue Sinquerer". Yo nunca dije eso, me parece una total falta de respeto. Y también me parece un estúpido el que se lo crea. Ayer iba en el bondi y una señora se tiró un pedo en mi cara y me dijo que fue Sinquerer. Me levanté para mirar con detalle todo el vehículo y lo único que vi fué: a Ray Charles manejando y la vieja, así que no me jodas.
- Usá G-less - le dije.
- Comprame - contestó.
- Tomá - le entregué el blister.
Ni bien lo tomó se lo llevo corriendo, de tan impresionante manera que al cabo de dos zancadas se tiró por la ventana trasera, rompiendo el vidrio con gran facilidad. Cuando cayó, murió. Pero yo sabía que no había sido una muerte en vano, en algún recóndito lugar del universo, en ese preciso instante, Sinquerer fue feliz.


Un lindo Día:


     Hoy es viernes. Todos mis amigos fueron a la playa. El día es hermoso, siento el sonido de los pájaros cantar y el sonido de mi pansa con ganas de cagar. No se porqué todos están pasando tan bien y yo acá en mi cuarto, aburrido y triste. Le pregunte a mi madre porqué y me dijo que no sea tarado y que piense. Pensé, pensé y pensé durante cuatro horas y no me dí cuenta. Solo descubrí que mientras pensaba me había cagado encima. Alejando con la lengua las moscas que me molestaban por la cara debido al mal olor que había... me di cuenta. No iba a la playa, no jugaba, no me divertía, no me movía, porque soy cuadripléjico. Me puse a llorar. Vino mi madre y me limpió el culo. Cuando se estaba yendo estiré la lengua una vez más intentando sacarme una mosca parada en mi nariz y me cagué de nuevo.





PD: No pretendía herir la sensibilidad de nadie con esto.





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